PINTURA RENACENTISTA: Gabriel Vendramin fue el magnate que encargó al genial pintor veneciano Giorgione este enigmático cuadro. Hay diversas hipótesis sobre el significado iconográfico de la obra basados en episodios bíblicos y mitológicos, incluso se ha hablado de supuestas alegorías vinculadas con la fortuna, la fortaleza y la caridad. Se ha relacionado esta escena con la unión entre Mercurio e Isis, o el mito de Paris y Enone, aunque se ha considerado la posibilidad de que fuera un retrato de corte pastoril del propio pintor y su familia. La línea bíblica nos habla de la ciudad del fondo vista como el paraíso terrenal, y las dos figuras del hombre y la mujer, serían vistas Adan y Eva con su hijo Caín, evidentemente con ropas del "cinquecento". El rayo del fondo simbolizaría la cólera de Dios expulsándolos del Edén y las columnas rotas harían referencia a la mortalidad de los hombres como castigo eterno por el pecado original. Lo que sí es cierto es que contemplamos a una mujer semidesnuda amamantando a un bebé y por ello se la ha vinculado a la pureza, la castidad, la caridad e incluso a la Virgen María. El hombre, vestido de soldado y con una forzada posición en "contrapposto", mira hacia la derecha, pero no en dirección a la mujer, en representación de la fortaleza o la firmeza. Lo más curioso es que debajo de él había un "pentimento" ya que los rayos X han dejado entrever que el pintor había dibujado a otra mujer desnuda. La ciudad del fondo podría ser la Arcadia o el paraíso terrenal del cristianismo posterior al Edén y localizado en una zona desértica de Grecia. Un misterioso lienzo que adopta todos los valores lumínicos y cromáticos de la escuela veneciano con esa textura atmosférica y esa representación tenue de las nubes y el cielo tan carácterísticos de este momento y que no volveremos a encontrar hasta los paisajistas británicos del siglo XIX.
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