PINTURA ROMÁNICA: En este edificio singular del románico catalán de influencia lombarda, encontramos una de las pinturas murales más interesantes del mundo. Estamos hablando del “Pantocrátor” que se hallaba (actualmente están conservadas en el Museo de Arte Nacional de Catalunya) en el ábside central de la iglesia. En ella vemos al “maiestas domini” dentro de una mandorla perlada y en posición sedente. A la altura de sus hombros encontramos una alfa y una omega, del alfabeto griego, símbolo del principio y del fin de la humanidad. Una de sus manos está en posición de bendición mientras que la otra sostiene un libro abierto donde podemos contemplar la leyenda “Yo soy la luz del mundo”. A ambos lados de Dios encontramos dos serafines alados y a continuación el tetramorfos. Debajo encontramos la figura de cinco apóstoles y la imagen de la virgen María tocada en blanco y con un manto azul.
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