ARQUITECTURA GÓTICA: Este excelente exponente del gótico tardío italiano destaca por su gran capacidad interior (40.000 personas), ya que su nave principal tiene 157 metros de largo y por tener los ventanales más grandes de este estilo a nivel mundial. Se sabe que en el siglo V ya había una primera basílica dedicada a San Ambrosio y que en el 836 se amplió esa zona con otra iglesia anexa. Un fuego, en 1075, arrasó con ambas construcciones y fueron reemplazadas por un primer Duomo que fue creciendo según las modas del románico y del gótico hasta que en 1386, el arzobispo de la ciudad, Antonio da Saluzzo, decidió hacer un último proyecto basado en las modas francesas del "gótico rayonnant". Nicolas de Bonaventura fue el arquitecto que le dio a la catedral esa impronta claramente gótica haciendo olvidar estilos previos y que conforman la estructura de la catedral. La construcción fue larga y en 1480 se estanca la construcción por falta de dinero y de ideas. Ludovico Sforza dió un buevo impulso, a principios del siglo XVI, finalizándose el conjunto y la fachada en estilo neogótico en 1805, previo al coronamiento de Napoleón como rey de Italia, aunque en 1965 se inauguraba la última puerta de acceso. Tiene cinco naves, una central y cuatro laterales, con más de 40 pilares que atraviesan el crucero y el transepto. La nave central es una de las más altas del mundo con 45 metros de altura y está construída toda ella en ladrillo recubierta por mármol rosa. En su interior se pueden observar interesantísimos monumentos funerarios del período renacentista.
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