ESCULTURA NEOCLÁSICA: Este monumento fúnebre se encuentra en el interior de la iglesia de San Agustín de Viena. Fue un encargo de Alberto de Sajonia a Antonio Cánova con el objetivo de rendir memoria a su esposa recién fallecida. Tardó siete años en realizar esta obra basándose en unos planos que no había utilizado para realizar otro cenotafio. El tema de este conjunto escultórico es la muerte vista desde un concepto poético. Ante una gran pirámide blanca con una puerta practicable encontramos una triste procesión. Sobre el dintel de la puerta encontramos la dedicatorio del marido y encima observamos un medallón sostenido por ángeles donde está la efigie de María Cristina de Austria. El grupo de personas camina cabizbaja hacia su destino final mientras las virtudes les hacen de acompañantes ante dicho trance. La alfombra que hay a sus pies es el vínculo alegórico entre la vida y la muerte.
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